Trastornos del ánimo
Los trastornos del ánimo son afecciones de salud mental que se caracterizan por experimentar periodos prolongados de emociones extremas, como tristeza excesiva (depresión) o exaltación desmedida (manía). La depresión y la manía representan los dos polos de estos trastornos, afectando profundamente el estado emocional de las personas.
No, la tristeza no es lo mismo que la depresión. La tristeza o el duelo son respuestas naturales ante una pérdida o una situación dolorosa, como la muerte de un ser querido, un divorcio, o una enfermedad grave. Es una reacción temporal y parte normal de la vida.
La depresión, en cambio, es más que tristeza. Se considera depresión cuando la tristeza es persistente e intensa, y está acompañada de otros síntomas, como dificultades para dormir, cambios en el apetito, irritabilidad, falta de concentración y una sensación de agotamiento. Estos síntomas interfieren significativamente con la capacidad de llevar una vida normal en el trabajo, en las relaciones y en las actividades diarias.
Alrededor del 30% de las personas que acuden a una consulta médica general pueden experimentar síntomas depresivos, y cerca del 10% pueden estar atravesando una depresión grave.
No, la alegría no es lo mismo que la bipolaridad. La alegría es una emoción positiva y pasajera que surge al alcanzar un objetivo o disfrutar de un momento placentero. Es una parte normal de la vida y no tiene un impacto negativo en la capacidad de tomar decisiones.
Por otro lado, la bipolaridad incluye episodios de manía, donde la alegría se vuelve excesiva tanto en intensidad como en duración. Este estado se caracteriza por una energía desbordante que lleva a comportamientos arriesgados, dificultad para tomar decisiones adecuadas, irritabilidad, y pérdida del autocontrol. Las personas en un episodio maníaco pueden involucrarse en actividades peligrosas, como conducir bajo los efectos del alcohol o tener múltiples parejas sexuales sin precaución.
Es fundamental tratar los trastornos del ánimo porque, sin atención adecuada, pueden conducir a problemas graves, como el abuso de alcohol y otras sustancias, la pérdida de relaciones personales y laborales, el desarrollo de trastornos de ansiedad o de la conducta alimentaria, y en casos extremos, el suicidio.
Afortunadamente, tanto la manía como la depresión tienen tratamientos médicos efectivos. En muchos casos, los síntomas pueden aliviarse de por vida, y en otros, especialmente en la depresión, es posible una recuperación completa con el tratamiento adecuado.